Aunque la insólita situación que estamos viviendo a todos los niveles, la pandemia del COVID-19, necesita de todos los esfuerzos y recursos disponibles de nuestra sociedad para hacerla frente; no debemos desatender los múltiples desafíos a los que ya nos estábamos enfrentando antes de encontrarnos en este extraordinario escenario.
A nivel global estos desafíos quedan bastante bien recogidos en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU (Agenda 2030). En el marco de estos ODS y en especial pero no el único, dentro del objetivo 13 Acción por el Clima los bosques ocupan una especial relevancia como herramientas para la consecución de estos objetivos.
Hoy 21 de marzo, en un atípico día internacional de los bosques y desde nuestras casas, es un buen momento para recordar la importancia que representan nuestros bosques. En especial, en un país como España, donde más de la mitad de su superficie es terreno forestal y el 36% superficie forestal arbolada (bosque). Estos más de 18 millones de hectáreas, sitúan a España como la tercera mayor superficie de bosque en Europa, y en primer lugar en cuanto a nivel de crecimiento en superficie.
Es importante recalcar, que la situación de los bosques en Europa, y en especial España es de un aumento de su superficie frente a la alejada imagen que por desgracia se dan en otras latitudes en los que la deforestación representa un gran problema, con repercusiones globales.
Los principales problemas, sin embargo, a los que las superficies forestales europeas tienen que hacer frente; vienen de los incendios forestales, cambios de uso del terreno y pérdida de calidad de las masas boscosas por enfermedades y sequias. Siendo la gestión forestal sostenible y el aprovechamiento forestal, las mejores herramientas para luchar contra estos problemas y garantizar la mejor calidad posible de nuestras masas boscosas.
Los bosques pieza clave en la lucha contra el cambio climático
En la pasada COP25, sin alcanzar el nivel de importancia deseado, si se puso de relevancia el papel de los bosques en la lucha y mitigación del cambio climático. Los bosques son hoy los mayores sumideros de carbono, y su gestión sostenible la única vía con verdaderas garantías de funcionamiento de captura y compensación de CO2 producido en otros sectores productivos. Mientras que en Europa las más de 182 hectáreas forestales captura el 10% de las emisiones anuales de CO2 de la UE, en España su superficie forestal compensa el 20% de sus emisiones.
La mejora de los sumideros de carbono forestales necesita no solo de un crecimiento de su superficie a nivel mundial (frenando la deforestación en aquellos puntos donde se da esta situación), si no que necesita gestionar de forma sostenibles las masas forestales existentes para que amplíen su capacidad de absorción y retención. Esto se consigue mediante una silvicultura sostenible; aprovechando y poniendo en valor los productos de madera que prolongan el almacenamiento de CO2.
Las tareas silvícolas, como podas, clareos y otras; disminuyen el riesgo de incendios, previenen contra enfermedades, además de permitir un mayor crecimiento de los especímenes sanos.
Es importante recordad que más de la mitad de las inversiones públicas en el sector forestal en España (1000 millones de euros), van enfocadas a la prevención y extinción de incendios. Siendo la extinción de incendios la mayor partida económica.
El aprovechamiento maderero y la industria de la transformación asociada transforman la madera en productos que en muchos casos prolongan el almacenamiento de CO2 (materiales de construcción, muebles, otros muchos productos reciclables, etc.); además de desplazar otros productos con mayores huellas de carbono.
España con un potencial evidente, desaprovecha esta oportunidad y se sitúa en séptimo lugar en cuanto a aprovechamiento maderero. Desperdiciando una bioeconomía asociada a la industria forestal y de transformación de la madera que aportaría riqueza y empleo.
La valorización de la biomasa forestal, como pieza clave de la gestión forestal sostenible.
Las tareas silvícolas asociadas a la gestión forestal y el aprovechamiento maderero generan subproductos de gran valor como la biomasa forestal. La valorización de esta biomasa forestal se convierte en pieza clave para la obtención de los recursos económicos necesarios que permitan la gestión forestal, además de retirarla y gestionarla antes que dé lugar a problemas (incendios, enfermedades, degradación, etc.) que conlleven de forma irremediable emisiones que no son adecuadamente valorizadas.
Esta biomasa forestal, gestionada correctamente (productos de valor añadido como el pellet de madera, equipos eficientes, etc.) reduce las emisiones durante su combustión; que a su vez son compensadas no por la reposición del árbol del que proviene, si no por la mejora de las masas forestales que rodeaban el árbol que dio lugar a este biocombustible.
El aprovechamiento de la biomasa forestal fruto de la gestión forestal sostenible, mediante tecnologías y equipamientos eficientes, desplazan además a combustibles fósiles y otras formas de aprovechamiento de biomasa menos sostenibles y eficientes. Las biomasa forestal por tanto ocupa un lugar destacado no solo en el objetivo 13 Acción por el Clima, sino también en el objetivo 7 Energía asequible y no contaminante.
En el día internacional de los bosques debemos poner en valor nuestros bosques y su importancia, fijándonos en los productos que nos permiten mantener nuestros bosques en las mejores condiciones, generando múltiples beneficios sociales y medioambientales.
En breve, solucionado los importantes problemas a los que nos enfrentamos ahora, volveremos a disfrutar de nuestros bosques, del aire limpio que nos aporta, y de sus incontables productos sostenibles, como la biomasa forestal.
Fernando Hernández Cuadra
Secretario técnico de Apropellets y consultor energético